8 feb 2012

BUENAS PRÁCTICAS PARA LA ELABORACIÓN DE GUÍAS MULTIMEDIA ACCESIBLES PARA MUSEOS



Belén Ruiz, José Luis Pajares, Lourdes Moreno, Maria del Cármen Gálvez y Francisco Utray CESyA, Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción Real Patronato de la Discapacidad Ministerio de Educación, Política Social y Deporte
Estas pautas de diseño interactivo y audiovisual tienen como finalidad lograr que todas las futuras guías multimedia para museos sean lo más accesibles posibles desde el punto de vista tanto comunicativo como funcional. Estas pautas se dirigen esencialmente a lograr que las personas con discapacidades sensoriales puedan acceder en condiciones equivalentes a los contenidos expuestos en un museo a través de estos dispositivos. Para ello el texto toma como referentes las normativas de accesibilidad nacionales e internacionales del mundo audiovisual y digital, y asume la necesidad de incorporar globalmente los principios del Diseño para Todos, para interpretarlos sobre estos soportes móviles y para entender las necesidades comunicativas de las personas con discapacidades sensoriales.
La Comisión no permanente para las Políticas Integrales de la Discapacidad en su aportación a la mesa del Congreso de los Diputados señala «EI Congreso de los Diputados insta al Gobierno a, que conjuntamente con las Comunidades Autónomas, establecer un programa de colaboración con el Centro Español del Subtitulado y Audiovisual (CESyA), para elaborar material de información en los museos, adaptado a las personas con discapacidades auditivas y visuales, para facilitar el aprendizaje de sus contenidos.» (BOLETÍN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES 11 de abril de 2006. —Serie D. Núm. 369)
El CESyA, Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción1 asume la responsabilidad de cambiar esta realidad y crea en el año 2007 una nueva área de trabajo dedicada a la Accesibilidad a los Museos y el Patrimonio. El CESyA es un centro dependiente del Real Patronato sobre Discapacidad del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que tiene como principales objetivos favorecer la accesibilidad a la comunicación, especialmente en ámbitos como Internet, la televisión, el teatro o el cine entre otros. Entre sus principales proyectos podemos destacar la creación y gestión de un servicio de base de datos que contenga las referencias del material subtitulado y
1 http://www.cesya.es
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audiodescrito disponible en español, la coordinación de acciones de investigación y formación homologada, y la contribución en iniciativas de normalización.
Dentro la nueva Área de Accesibilidad a los Museos y el Patrimonio, el CESyA impulsa una serie de iniciativas, entre las que se encuentra el apoyo al desarrollo de Guías Multimedia Accesibles para Museos. Entendemos como Guía Multimedia Accesible - en adelante GMA- un dispositivo portable e interactivo, que asiste y orienta al visitante de un museo, transmitiendo información a través de múltiples medios: texto, imágenes, video y audio. Las consideraremos además accesibles, cuando permitan un acceso adaptable a la diversidad de condicionamientos físicos o sensoriales.
Esta publicación forma parte de los compromisos establecidos en el proyecto PROFIT2 GVAM - Guías Virtuales Accesibles para Museos- concedido el año 2007 por el Ministerio de Industria, Ciencia y Comercio, dentro de la prioridad temática de especial atención: 350300 Programa Nacional De Tecnologías de Servicios de la Sociedad de la Información. Acción Estratégica e-Inclusión y e-Asistencia. El proyecto está liderado por la pyme Dos de Mayo Dimensiones Gráficas S.L. (2DM)3 en cooperación con el CESyA -como equipo responsable dentro de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)- y la Fundación CNSE ‘Para la Supresión de las Barreras de Comunicación’4.
FUNDAMENTOS Y ORÍGENES
En la actual -aunque aún no universal- sociedad de la información, las distancias tienden a relativizarse y la inmediatez en la comunicación se convierte en un elemento indispensable para el bienestar social. En este contexto la tecnología debe asegurar que la forma en que las personas acceden a la información, el ocio o la cultura esté pensada para todos. Con este fin, un elevado número de audioguías son distribuidas en distintos centros culturales. Estos aparatos procuran que los visitantes tengan la oportunidad de acercarse a los materiales expuestos en los museos de modo autónomo acompañados de una voz que les comenta la información más relevante de cada pieza. Las audioguías son una herramienta ágil que parecen cumplir con su cometido pero que, por desgracia, no puede ser utilizada por todos, por ejemplo por personas con problemas auditivos. Para atajar este panorama este apartado se ocupa de exponer las recomendaciones o buenas prácticas para la creación de guías
2 PROFIT: Guías Virtuales accesibles para museos (GVAM) (No Expdte: FIT- 350300-2007-45)
  1. 3  http://www.2dmayo.com
  2. 4  http://www.fundacioncnse.org
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multimedia para museos que puedan ser utilizadas por personas con discapacidades sensoriales y, en parte, por algunas con discapacidades físicas. Diseño, recursos, pautas, herramientas y principios de accesibilidad conjugarán de una manera organizada los pasos que han de seguirse para emprender el camino de la elaboración de una Guía Multimedia Accesible para museos.
En el capítulo primero se describe la iniciativa de la cual parte esta investigación, cuáles son sus objetivos principales y la metodología seguida en su definición. El capítulo dos se ocupa del estado de la cuestión, indicando cuáles son las iniciativas más relevantes conocidas y su proyección de futuro. El punto tres analiza cuáles son las características más relevantes que definen una Guía Multimedia Accesible desde el punto de vista del software, mientras que el cuarto lo aplicará con respecto al hardware y sus características ergonómicas. El capítulo quinto abordará el entorno de los museos y la dependencia de las guías de la organización física de sus espacios y de sus recursos de accesibilidad física. El capítulo siguiente, el sexto, pretende aportar algunas sugerencias para potenciar la usabilidad del dispositivo y su capacidad enriquecer la experiencia personal de la visita. El último capítulo expone algunas funcionalidades que integradas en las guías multimedia, favorcerán la percepción del museo como un foro abierto, un punto de encuentro donde poder compartir cada entendimiento sobre los contenidos que expone, en línea con un entendimiento de la accesibilidad como participación universal y no sólo como acceso universal.
MUSEOS PARA TODOS
Los Museos, como instituciones culturales, tienen encomendadas las tareas de conservar y difundir el patrimonio cultural de todos, facilitando el acceso físico e intelectual, y procurando que el servicio sea el mejor posible para todos los ciudadanos. Un ejercicio recomendable a la hora de aproximarnos a la idea de museos accesibles, es el de pensar en la necesidad que conduce a una persona con discapacidad visual, auditiva o física a visitar un museo, ya que sus razones son las mismas que las de cualquier otra persona: una necesidad de interacción con el entorno, de comunicación con otros sujetos, de conocimiento del pasado, de constatación del presente o de imaginación del futuro... Sin embargo, la realidad transforma esta semejanza en diferencia, como se desprende de la siguiente experiencia personal del escritor y jefe administrativo de la ONCE en Santander, Eutiquio Cabrerizo (Cabrerizo, 2001):
“La palabra museo no es de las más usadas en términos cotidianos. De hecho, yo la aprendí pasados los seis o siete años de edad, la primera vez que, siendo ciego,
hicimos una visita cultural a uno de ellos dentro de las actividades extraescolares del colegio. Un museo era un edificio antiguo donde no se podía hablar en alto ni hacer comentarios, había que moverse con muchísimo cuidado y no podía tocarse nada. Los que veían algo lo pasaban peor, intentando acercarse a las cosas o enfocar mejor los objetos para verlos a pesar de que lo tenían terminantemente prohibido. La persona que nos lo enseñaba nos hacía ir de pasillo en pasillo, y nos obligaba a detenernos delante de vitrinas, expositores o peanas, donde nos dirigía con voz engolada un pequeño monólogo relacionado con los materiales que se exhibían. Recuerdo que al salir, respirábamos relajados como si llevásemos mucho tiempo reteniendo el aire, y empezábamos a temer que el profesor quisiera comprobar lo que habíamos aprendido allí dentro. No nos habíamos enterado de nada...”
Hoy la mejora de la accesibilidad a los museos y a sus contenidos, en tanto que instituciones a las que todos debemos poder acercarnos en igualdad de condiciones, es una prioridad que queda reflejada en la Proposición no de Ley propuesta por la Comisión no permanente para las Políticas Integrales de la Discapacidad: “El avance de las tecnologías de la información y la Comunicación, así como los progresos en los sectores audiovisuales, han creado las bases para dar satisfacción a los procesos de aprendizaje, acceso a la información, a la formación, la cultura y las actividades de ocio de un sector importante de la población española afectada por discapacidades auditivas y visuales”.
Si bien el mayor esfuerzo en este sentido se centra en la eliminación de barreras arquitectónicas, la mayoría de museos no cuenta con sistemas que faciliten el acceso a las obras expuestas para aquellos ciudadanos con discapacidad auditiva, visual o física. Por ejemplo una persona ciega no puede acceder a un cuadro o a los paneles informativos de un museo, del mismo modo una persona sorda no puede atender a las explicaciones verbales de un guía o a las locuciones de los vídeos proyectados. A todo esto se añade la dificultad que representa tener que moverse por las diferentes salas, o comunicarse con el personal del museo para solicitar ayuda.
Por otro lado, existen una realidad que no podemos obviar y que ayuda a enmarcar este trabajo, la brecha digital, la división entre los que tienen acceso y forman parte de la Sociedad de la Información y los que no pueden formar parte de ella, un nuevo factor de exclusión social del que los museos y exhibiciones no son una excepción.

Para atajar esta situación debemos atender a los principios del Diseño para Todos. Un Diseño para Todos es por definición útil para todas las personas, puesto que está enfocado a mejorar la usabilidad de productos y entornos para el mayor número posible de usuarios, sin crear adaptaciones especiales o versiones alternativas. Los principios del Diseño Para Todos o Diseño Universal fueron
desarrollados por el Center for Universal Design, North Carolina State University (Cornell et al, 1997), y describen las características que tiene que cumplir un producto o sistema para ser accesible:
  1. Uso equitativo. Proporcionar información equivalente a todos los usuarios, idéntica cuando sea posible, evitando la discriminación y asegurando la seguridad y la privacidad.
  2. Flexibilidad en el uso. El diseño se debe adaptar a las preferencias y habilidades de un amplio grupo de usuarios.
  3. Uso sencillo e intuitivo. El diseño debe ser fácil de entender, independientemente de la experiencia del usuario, sus conocimientos, habilidades o nivel de concentración.
  4. Información percibida. El diseño comunica al usuario la información de manera eficiente, independientemente de las condiciones ambientales o las habilidades sensoriales del usuario.
  5. Tolerancia a errores. Minimizar los peligros y consecuencias negativas de los errores producidos de forma accidental o no intencionada.
  6. Bajo esfuerzo físico. El diseño se puede utilizar de forma eficiente y confortable con un mínimo esfuerzo.
  7. Tamaño y espacio de aproximación y utilización. Se debe promocionar un espacio y tamaño adecuados para la aproximación, alcance, manipulación y utilización, independientemente del tamaño, postura o movilidad del individuo.
El reciente Decálogo de León5, producto de la segunda Conferencia Europea de Accesibilidad y Diseño para Todos 2008 organizada por la Red Europea EdeAN, ha sido reconocido por la actual Secretaria de Estado de Política Social, Amparo Valcarce, como "hoja de ruta" para la implantación de políticas de accesibilidad y Diseño para Todos. El Decálogo proclama las siguientes palabras, que bien podrían servir como definición de este concepto:
"Los productos, los entornos, las tecnologías, los servicios y, en general, cualquier ámbito de la sociedad, deben ser concebidos de forma que puedan ser utilizados por todas las personas, independientemente de sus capacidades, circunstancias y diversidades."
5 Disponible en http://www.mepsyd.es/multimedia/00007951.pdf 

28 ene 2012

LOS MUSEOS Y LAS PERSONAS DE TERCERA EDAD.

Los estudios demográficos apuntan también otro segmento dl público potencialmente importante: las personas de la tercera edad (Middleton, 1991). Debido a los cambios en las pautas de trabajo y al aumento de la jubilación anticipada y de la jornada reducida a partir de los 55 años, existe un creciente grupo de personas con una buena situación económica, activas, a las que podrían interesar los museos y las galerías de arte. Según las previsiones de las investigaciones sobre el ocio, en la década de 1990 se producirá un alejamiento de la cultura dominada por la juventud y un acercamiento a la cultura dominada por las persona mayores de cincuenta años.
Las teorías sobre el aprendizaje de los adultos indican que en esta etapa de su vida las personas tienen inclinación a disfrutase de pasatiempos más serios y que están dispuestas a llevar a cabo inversiones a largo plazo en empresas provechosas, como las que ofrecen los museos y las galerías de arte (Hiemstra, 1981)
En relación con el papel educativo de los museos, ha ido aumentando la programación para grupos organizados, pero, además, es cada vez más evidente la función educativa que pueden desempeñar las colecciones y exposiciones en la formación cultural de cada persona. En la actualidad se considera que la actividad educativa es una función esencial de todos los museos, que debe inspirar todos sus procesos.

LOS MUSEOS Y LAS FAMILIAS.

Los museos tienen que estar atentos a las necesidades de la familia como grupo objetivo y deben organizar desde esta perspectiva sus exposiciones, actividades, orientación, cafeterías, tiendas y otros servicios para los visitantes.
Con frecuencia, las razones que los miembros adultos del grupo familiar dan para ir a los museos tienen que ver con las necesidades de sus hijos.
Como el Children´s Museum de Boston comprendió hace veinte años. si el objetivo son los intereses y necesidades de los niños, también se atrae a todos los adultos que los acompañan cuando hacen la visita.
Muchos adultos pasan su tiempo de ocio con sus hijos y se preocupan de encontrar lugares que sean atractivos e instructivos y en los que sea posible una experiencia social para todos.
Este público fomenta una experiencia diferente para los niños con respecto a su anterior visita, o diferente que la que ha tenido con el colegio, ya que disfruta de otra manera y además con sus seres más queridos, por eso hay que fomentar este tipo de visitas y que tengan un tiempo de ocio entretenido y diferente.

13 ene 2012

PRINCIPIOS DIDÁCTICOS CAPACES DE ORIENTAR LA TAREA DE LOS PROFESIONALES DE UN MUSEO.

Estos principios deberían referirse a tres ámbitos diferenciados, según uno de los programas de formación más completos que se han estudiado es el llevado a cabo en el Colonial Williamsburg (Virginia), en su plan de formación para educadores establece esta triple diferenciación respecto a los ámbitos de formación:
  • El ámbito disciplinar: al conocimiento de las parcelas específicas de un determinado campo de saber.
  • El ámbito didáctico: se refiere a todos aquellos aspectos relativos a estrategias y métodos para elaborar propuestas didácticas dirigidas a presentar determinados contenidos a distintos usuarios.
  • El ámbito personal: hace referencia a las aptitudes y actitudes mínimas necesarias para poder implementar de forma idónea la tares didáctica ante los usuarios.
Respondiendo a esto, los principios que deberían tenerse en cuenta respecto a los educadores la institución museística son:
  1. El educador debe conocer los contenidos a mostrar: Una de las lagunas importantes que padecen los educadores que llevan a cabo su tarea de mediación entre el museo y el público acostumbra a ser la relativa al ámbito didáctico, a cómo presentar los contenidos en función de las características de los grupos. El responsable de desarrollar en última instancia la acción pedagógica ante el público deberá poseer conocimientos desde la instancia la acción pedagógica ante el público deberá poseer conocimientos desde la triple perspectiva anteriormente mencionada: disciplinar, didáctica y personal.
  2. El educador debería presentar información complementaria a la idea central de la exposición: el educador deberá articular su argumentación alrededor de la gran idea del mensaje expositivo. Aunque el educador debe aportar información complementaria tendiente a profundizar el mensaje expositivo, la idea central de la exposición debe aparecer de forma constante. El educador se valdrá de ejemplos y citas que refuercen la idea principal, y para ello, los objetos de la exposición le serán de gran utilidad. Los objetos constituyen unos referentes fundamentales a partir de los cuales el visitante puede fijar las ideas nucleares de la exposición. La utilización del objeto como soporte del discurso didáctico permite establecer relaciones entre éste y uno o más conceptos, de modo que los conocimientos sufren una transformación: de una abstracción mental a adquirir una concreción objetual.
  3. El educador debe mostrar interés respecto a la actividad que desarrolla: Este principio apelaría directamente a todas las cuestiones relativas a aspectos aptitudinales y actitudinales. Aunque este principio podría presuponerse en el desarrollo de cualquier tarea, debemos puntualizar a qué nos referimos con ello. Bajo este principio se agruparía todas aquellas concepciones y comportamientos del educador que permiten que la acción didáctica ante el público se desarrolle de forma satisfactoria y que exista un impacto y una actitud positiva en los visitantes respecto a la institución museística. Un conjunto de habilidades y destrezas que todo educador debería poseer en el desarrollo de su actividad didáctica ante el público. Al igual que otras tareas relacionadas con el contacto con el público, los educadores en el ámbito museístico requieren unas habilidades que permitan asegurar una interacción provechosa tanto para ellos como para el público visitante. Habilidades comunicativas, flexibilidad respecto a los distintos grupos y características de los visitantes, empatía, dinamismo, son sólo algunas de las capacidades que el educador debería poner en práctica al implementar su tarea como mediador (Talboys, 2000).
  4. Debe emplear distintos recursos para presentar de forma atractiva y comprensiva los contenidos: En su tarea de mediación entre los contenidos del museo y los usuarios, el educador debe utilizar distintos recursos y estrategias en orden a facilitar la comprensión del mensaje expositivo y a despertar el interés de los usuarios. Los educadores poseen distintos medios para poder transmitir la idea central de la exposición. Su principal medio será la palabra, aunque en su poder tiene la posibilidad de utilizar distintas estrategias para conseguir los objetivos de la exposición. Las visitas guiadas constituyen una de las acciones didácticas más corrientes en el ámbito de la institución museística y se convierten en una de las principales vías de participación de los visitantes respecto a la exposición. No obstante, la visita guiada puede implementarse de muchas maneras posibles, desde una visita guiada tradicional hasta una visita dramatizada. En cada una de ellas, pueden emplearse estrategias didácticas muy variadas que pueden comprender estrategias expositivas, interrogativas, de dramatización, de simulación, etc. Para la elección de una u otra estrategia, el educador deberá atender en todo momento a los elementos que conforman el acto didáctico; a los contenidos, a los usuarios y sus características, al espacio y al tiempo disponibles y a los recursos materiales puestos a su alcance. La variedad de estrategias y recursos será fundamental para poder adaptar los contenidos expositivos a diferentes grupos, en un intento de atender a la diversidad implícita de los usuarios de la institución museística.

12 ene 2012

PRINCIPIOS RELATIVOS AL MENSAJE EXPOSITIVO.

El principio referido a los contenidos, a las ideas y los mensajes que el museo pretende transmitir al conjunto de los visitantes mediante su exposición. En términos generales, la transmisión de estos contenidos se realiza mediante unos objetos y unos recursos museográficos concretos.
Dicho mensaje se verá reforzado por el tipo, cantidad y particularidad de las piezas que se elijan para plasmar dicho mensaje y por los medios museográficos que utilicen para su presentación al público:

  1. Ordenar correctamente la presentación del mensaje expositivo: En la disposición del mensaje expositivo, es difícil determinar cuál debe ser el orden correcto de presentación del mismo a los visitantes, especialmente porque la ubicación ordenada del mismo a lo largo de una exposición no es garantía para que el visitante lo siga con el mismo orden. Este principio no apela a la presentación del mensaje expositivo según la ordenación sistemática de los contenidos bajo un criterio, por ejemplo, cronológico, o en función de la secuencia lógica de la disciplina referente, u otros ( existen distintos criterios en la disposición de los contenidos en una exposición: cronológico (sincrónico/ asincrónico/ inverso), temático, lógico, etc. Cada uno de ellos configura una determinada manera de presentar el mensaje expositivo ante el público, y en su defecto, de utilizar los recursos museográficos. Aunque algunas veces pueden combinarse dichos criterios, generalmente uno de ellos debe articular la visita si quiere asegurarse cierta expresión por parte de los usuarios), sino más bien a cómo se ha concebido internamente la exposición y cómo se muestra al público. Como mínimo los profesionales del museo deben estructurar los contenidos de manera que aparezcan de forma clara y evidente ante el mismo.
  2. Debe secuenciarse el mensaje expositivo de lo conocido a lo desconocido: En el momento de proceder en la configuración del mensaje expositivo, es importante partir de aquello que los usuarios ya conocen y les resulta, en algún sentido, familiar. Ante un nuevo conocimiento, es importante aportar al individuo algunos referentes que resulten familiares y conocidos; ante un nuevo mensaje expositivo, los visitantes requieren puntos de conexión con aquello que ya conocen y les pueda servir de referencia. Los conocimientos previos y las experiencias vividas se convierten en el bagaje principal con el que el gran número de visitantes acude al museo, de modo que el mensaje expositivo debe recurrir a ellos si quiere captar su atención. Los conocimientos previos se convierten en un necesario e imprescindible punto de partida para generar nuevo aprendizaje en el marco del museo. Es evidente la influencia que las teorías constructivas actuales juegan en el aprendizaje que se lleva a cabo en la institución museística.
  3. Debe secuenciarse el mensaje expositivo de lo fácil y sencillo, a lo difícil y complicado: La presentación del mensaje expositivo debe iniciarse con aquello que resulte más sencillo al visitante para, progresivamente, ir hacia un conocimiento más complejo y elaborado. 
  4. Debe presentarse el mensaje expositivo resaltando las ideas principales de las secundarias: Existe la tendencia general a considerar que una exposición es un espacio para la presentación de una ingente cantidad de conceptos e ideas. Toda exposición debe contar con una única idea central, en torno a la cual se desprenden algunas nociones secundarias que refuerzan la primera. Según Serrell, toda exposición debe contar con una "big idea", la mayoría de las veces convertida en una frase que nos permite conocer, casi a simple vista, el tema básico de la exposición. La presentación de la "big idea" debería convertirse en aquel mensaje que permanece en la mente del usuario al finalizar la exposición; aquel conjunto de ideas que servirán como síntesis de la misma, y que lógicamente responden a los objetivos básicos de la muestra. Estas ideas principales deberían ser las que articularían la exposición; que deberían servir como eje para el planteamiento del mensaje expositivo.